Antes de que lleguen las deseadas vacaciones, solemos pasar unos días previos muy buenos, fantaseando con todo lo que haremos en estos días de descanso, sin casi darnos cuenta de que el periodo vacacional es muy corto, pasa rápido y para cuando queramos darnos cuenta estaremos de nuevo en nuestro trabajo y de vuelta a la rutina, provocando esto en muchos casos estados de ánimo muy bajos o depresivos, “depresión postvacacional”.
Para poder evitar esto, tenemos que partir por romper la idea de que la única época buena del año es el verano, especialmente el mes de vacaciones. Cierto es que necesitamos descansar un periodo de varios días seguidos para poder recargar pilas y así reanudar nuestra vida diaria. Igual de cierto es que psicológicamente está demostrado que existe la necesidad del trabajo, es decir de realizar una actividad. Esto significa que aunque la mayoría de la gente cree que estaría muy bien sin trabajar, esto no es así. Nos desarrollamos y evolucionamos personalmente a través de nuestras actividades. Pueden estar pensando que esto sería así, si pudieran elegir su trabajo, el horario y el sueldo. Toda persona tiene la capacidad de cambiar su vida en mayor o menor medida. Quejarse no sirve de nada, esa energía utilícenla para trabajar sobre su situación y cambiarla.
No podemos limitar nuestra diversión y disfrute únicamente al periodo vacacional. Piensen que esto dura como mucho un mes, nos quedan otros once meses por delante.
Paso a darle una serie de recomendaciones de cómo afrontar su vida después de las vacaciones, para que consigan poder disfrutar a lo largo de todo el año.
-Aminorar el ritmo de vida.
-Reducir las obligaciones sociales.
-Reducir las cargas laborales.
-Mejorar la dieta y comer con regularidad.
-Practicar ejercicio físico, al menos tres días por semana.
-Practicar una actividad de ocio, como leer, escuchar música, pintar, etc.., al menos una hora todos los días.
-Practicar regularmente ejercicios de relajación.
-Emplear técnicas de pensamiento positivo.
-Tomarse breves vacaciones de vez en cuando.
-Divertirse de la forma que más le apetezca.
-Hacer uso de los recursos sociales a nuestro alcance (cines, teatros, conciertos, etc.)
-Aprender a decir no.
-Compartir tiempo con personas positivas y joviales.
-Alejarse de personas que no nos crean más que conflictos.
-Repasar al final del día todas las actividades que se han hecho que han resultado agradables.
-Darse algún capricho con regularidad.
-Dense la oportunidad de enriquecerse aprendiendo cosas nuevas.
-Disfrutar todo lo posible de las cosas pequeñas que tienen a su alrededor.
Espero que lleven a cabo algunas de estas recomendaciones y descubran como proponiéndose las cosas en serio podemos hacer que nuestra vida valga mucho más la pena vivirla.