¿Quién no conoce a alguien con un tic?, siempre nos acordamos de estas personas en momentos en los que estamos contando chistes o hablando de situaciones graciosas, esto nos puede dar una idea del sufrimiento que conllevan los tics a las personas que lo padecen, también es cierto que con el tiempo estas personas acaban adaptándose y acostumbrándose a ellos, al igual que las personas con las que conviven. Pero el impacto a nivel psicológico, social y laboral es muy fuerte.
La frecuencia de los tics es alta, se estima que la décima parte de la población presenta tics en algún momento de su vida, generalmente durante la infancia.
La mayoría de ellos son evolutivos o transitorios, es decir desaparecen con la edad, pero en ocasiones se cronifican y se siguen dando en la edad adulta.

Definición:

Para definir lo que es un tic la mejor forma sería viendo una grabación de vídeo, se explican mejor que con palabras. De todos modos, podemos definir los tics como movimientos o producciones fónicas involuntarios, repentinos, de corta duración, recurrentes o repetitivos. Se experimentan como irresistibles, pero las personas que los padecen pueden suprimirlos durante periodos más o menos largos de tiempo.
Para que se hagan una idea un tic puede darse desde una, hasta más de 100 veces por minuto. Están siempre asociados con nerviosismo o ansiedad, de hecho su frecuencia suele aumentar en momentos de estrés.

Clasificación:

Los más comunes son:
1. Tics Motores, son movimientos repentinos y breves de uno o varios músculos, los más frecuentes son el parpadeo o guiño de los ojos, sacudidas de cabeza, encogimiento de hombros, muecas faciales, tics de piernas, brazos y torso.
2. Tics Vocales o fónicos, son sonidos o ruidos rápidos y sin sentido. Existe una clase de tic fónico que incluye palabras o frases, que suelen ser insultos u obscenidades. Esta clase de tic es de las más llamativas y que más consecuencias negativas producen en la persona que los sufre.

Evolución:

Como ya he dicho la mayoría desaparecen en la edad adulta, pero se puede trabajar con ellos en la infancia para que desaparezcan cuanto antes y así eliminar los perjuicios psicológicos y sociales que suelen tener para los niños.
Con técnicas conductuales se da una mejoría importante hasta poder llegar a desaparecer.
Es muy importante como reaccionan las personas del entorno del niño, lo que no se debe hacer es castigar, reprender ni por supuesto ridiculizar, esto dispara sentimientos de ansiedad, desdicha, incomprensión e incluso hostilidad y por supuesto no ayuda nada para reducirlos.
La evolución en adultos es siempre peor, con mucho trabajo se pueden reducir en un nivel interesante, pero casi nunca llegan a desaparecer del todo.
Es muy importante que a la persona con tics se le refuerce la autoestima, para que así el impacto a nivel personal se minimice. También es cierto que ayudaría mucho el que todos entendieramos mejor el sufrimiento que puede conllevar y nos cuidaramos mucho de nuestras reacciones ante ellos.
Existe un síndrome llamado Síndrome de Tourette que se caracteriza por ser un transtorno neuropsiquiátrico heredado que se inicia en la infancia y que incluye tics transitorios y crónicos, pero de este síndrome hablaremos más adelante.